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19 Diciembre 2018 | Roberto Sadovski

Investigación apunta que los ingresos de servicios de streaming podrían superar a la taquilla de cine en 2019

El análisis de 15 mercados revela que, cuanto más alto es el precio de la entrada, mayor es la disposición del consumidor de quedarse en casa

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(Foto: AdoroCinema)

Un estudio de Ampere Analysis señala que los ingresos globales de los servicios de video on demand (SVOD) podrían superar los valores de la taquilla de cine de todo el mundo el año que viene. Los números son gigantes: las suscripciones de servicios de streaming podrían superar los 46 mil millones de dólares, mientras que los ingresos de los cines indican una recaudación por debajo de los 40 mil millones de dólares.

La previsión, basada en un análisis de 15 mercados, sugiere que el alto precio del boleto de los cines es uno de los principales motivos para la inclinación en la balanza. El valor promedio de la entrada en la mayoría de los mercados es más alto que una suscripción mensual de una plataforma de streaming. Cabe destacar que este tipo de servicios en línea proporciona la facilidad de encontrar una gran variedad de películas en catálogos como los de Netflix y Amazon Prime.

En territorio norteamericano, los ingresos de servicios de streaming ya socavan los valores de la taquilla local desde 2017. El mercado británico podría llegar a ese mismo resultado a finales de este año. Las conclusiones del estudio Ampere Analytics señalan que el negocio del video on demand en China, el segundo mercado cinematográfico del mundo, también se prepara para superar los ingresos de los cines, que, por cierto, no están en su mejor momento en Europa (toda la región está invadida por los servicios de streaming).

En los últimos años, las redes exhibidoras intentaron hacer que la experiencia cinematográfica fuese más atractiva para las nuevas generaciones, con la esperanza de detener la caída de ingresos en comparación con los servicios de streaming. Salas 3D, butacas con movimiento y viento en sintonía con la película, o cualquier innovación de ese tipo forma parte de la estrategia que busca regresar al público a los cines. Imax, por ejemplo, invirtió 50 millones de dólares en centros de realidad virtual en media docena de complejos entre Los Ángeles y Shanghai, pero la experiencia no logró disparar el interés del consumidor y se fue apagando silenciosamente.

El precio de las entradas, sin embargo, sigue siendo el mayor villano que desequilibra la balanza a favor del streaming. La conclusión del estudio es clara: en México, en donde el precio promedio del boleto es 2,50 dólares, el promedio de visitas per cápita llega a 3,3 entradas por año. En Escandinavia, que posee un precio promedio de tickets de 13 dólares, el número de visitas al mes cae a menos de una al año por habitante. En nueve de los 15 mercados analizados, incluyendo Estados Unidos, Reino Unido, Alemania y Japón, el precio promedio de la entrada es más alto que la suscripción mensual de un servicio de streaming. En Japón, la conclusión es particularmente absurda, con boletos que cuestan más que el doble de una suscripción mensual de un SVOD.

Curiosamente, en todos los mercados, la mayoría de los suscriptores de servicios de streaming también presentan los promedios más altos de visita a los cines: en Japón, con entradas carísimas, un cliente de SVOD va al cine tres veces más que aquellos que no consumen películas en streaming. "El apetito por consumir contenidos es muy grande, no importa la plataforma que el cliente elija", destacó Toby Holleran, analista de Ampere. "La clave para el cine es entender que, aunque los suscriptores de streaming son cinéfilos más ávidos, esa no es la regla. Y es justamente por eso que la experiencia de ver una película en la gran pantalla necesita seguir siendo seductora (y con precios realistas)".

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